21.12.09

PAN

Gritá que no me querés compartir tu costilla.
Un desvencijado oso de peluche,
una cortadura de manteca.
Me encuentro tu mano morada de sangre,
repleta de consciencia.
Me encuentro tu cuerpo abotonado
a la plenitud de tu hogar,
Lo lavo con la mayor maternidad
que puedo hallar
en mi cuerpo de mujer amateur.
Te coso los botones de tu vestido.
Convidame una golosina, estúpida.
Somos iguales y apenas nos damos cuenta.
Prendamos fuego nuestras piernas
y mirémonos a los ojos.
Que nos ardan las manos
y llenen con lo que quede
unos cuantos ceniceros.
¿Soplarías mi cuerpo vacío que está sobre la mesa?
¿Abanicarías este desecho de la poesía?
No quisiera otro alimento más que tu sueño.
Me devolvés a la vigilia más irreal de todas:
acurrucame en tu silencio lagrimoso,
en tu universo de detalles perfectos.
El olor a frío se soporta muy bien.

8.12.09

Quiero decirte que sería posible
que me salves la vida.
Algún mundo posible albergaría
tu muñeca de pan con el vientre abierto.
En este mundo factible,
yo espero en el silencio de mi pelo.
Te aguardo lo que dure una
vacilación poética: te espero toda una hoja en blanco

16.11.09

Como si estuvieses dentro de una jaula,
te pienso,
como si tu figura masculina
entrase a través de los barrotes.
Me hago de tu nombre
y me relajo
sobre la mesa
sobre la cama
me relajo.
Oí, me relajo.
Dejo tu sombra en la ventana

9.11.09

4.11.09

“Mi chorro de saliva es mi diadema de diamantes”
Las criadas, Jean Genet.



Volvete mujer: de polvo.
Volvete mujer: que vive en una calle de tierra:
las ventanas
siempre, pero siempre dejan pasar el polvo:
mis muslos de mujer revestidos:
si estornudases, volarían.
Si se te ocurre amasar pan sobre mis muslos,
sería pan de tierra.
Con gusto a calle de tierra,
a lago cuando llueve,
a transpiración en verano.
Si se te ocurre amasar pan en mi panza,
tenés que usar tus dos brazos,
porque se hunde.
Tendría gusto a mujer: que vive lejos.
Siempre, pero siempre,
mi ventana deja pasar un poco de realidad,
siempre, constantemente, mi ventana nunca se cierra.
Por entre los barrotes -la realidad obliga- pasa toda la calle de tierra
y se deposita en mis muslos de mujer.
En verano, siempre transpiro polvo,
se moja, se hace un lodazal en mi espalda.
Si se te ocurre amasar pan en mi espalda,
te saldría manchado:
de barro de cara
de verano al sol
de año nuevo polvoriento,
en una habitación repleta de realidad
que se cuela
incesantemente por mi ventana.

24.10.09

Poema de pequeño amor

Estoy sentada dormida.
Estoy sentada dormida
en una silla sucia.
Siento mi sueño
caerse por la punta de mis dedos
y que la imagen de mí,
sentada, dormida,
me quiere ver a mí
sentada, escribiendo.
La imagen de mí
sentada dormida
se proyecta en una foto
-de las de ella-
La imagen de mí
sentada, dormida
quiere ver
a la imagen de mí
sentada, escribiendo
en un video
-de los de ella-
La imagen de mí
sentada, onírica
deja caer
su ontología de sueño
por la punta
de sus dedos
de imagen de mí
sentada, dormida.
Tiene la mano
estirada, tocando
la pata de la silla.
Con la otra mano sostiene
la lapicera
y la saliva que cae
y resbala, dormida.
La imagen de mí
sentada, dormida,
intenta escribir
sobre la silla sucia.
Escribe: quiero verte, bicho.
Entonces,
la imagen de mí
sentada, escribiendo
se reproduce
de manera
infinita.

13.10.09

"Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto."






Violeta Parra

7.10.09

LA PALABRA DICE LO QUE DICE Y ADEMÁS MÁS Y OTRA COSA










ALEJANDRA,

ALEJANDRA

22.9.09

Viven dos mujeres acá. Una tiene pantalones rosas. La otra camina desnuda.
Viven dos personas acá.
-Yo quiero vivir para siempre.
-Yo quiero morir acompañada.
Se oyen dos voces distintas acá.
-Quiero compartir mi desnudez
Las dos mujeres confluyen en una tercera.
Cuando cualquiera de las dos sale, matan cada vez a la madre de la tercera. Le quitan el mundo entero. Le asaltan la heladera, y la dejan morir de hambre.

16.9.09

Tengo tu saliva en mi pelo.
Tengo tu mano en mi cara
que cae
y rebota contra la calle.
Te diría: mirá, es la primera vez que te escribo.
Pero no sé si eso es cierto.
La otra que cae cuando
tu saliva me toca
me dice que no:
me dice que te diga:
quiero dibujar con tu saliva
una línea recta
en mi espalda.
Cuando oigas esto
vas a decir:
nunca antes me escribiste nada.
No querías.
Entonces la otra
hecha de saliva y pelo
dice:
nunca antes había querido
escribirte.

6.9.09

Si la mentira, (a completar)

Lector, ¿qué es la mentira?

Lector, ¿dónde duele la mentira?

Lector, ¿mentís al hacer tuyos los poemas de equis autor que te rompe la cabeza?

Lector, ¿quién te miente más seguido?

31.8.09

Dibujo dibujo,
no escondas mi palabra.
No la manches de gel íntimo.
Nada más íntimo
que nuestras partes de ahí.
Nada más íntimo
que compartirlas
[con el mundo entero]

Tu mundo entero
funciona como jaula
para la palabra que pronuncio.
Mi palabra quiere adelgazar
y pasar entre los barrotes.
Lo logra: da media vuelta
y te abofetea la cara
con su manito roja

24.8.09

Cortos

-Me siento seguro- graznó.
-Qué suerte, pero no lo estás- dijo.

Y de un hachazo, degolló al ave.

18.8.09

Me gustan los estudiantes

¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!

¡Que vivan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas o regimientos.
Pajarillos libertarios,
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura,
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa
¡viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando le dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho.
Caramba y zamba la cosa
¡el código del derecho!

Me gustan los estudiantes
que marchan sobre la ruina.
Con las banderas en alto
va toda la estudiantina:
son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
que van al laboratorio,
descubren lo que se esconde
adentro del confesorio.
Ya tienen un gran carrito
que llegó hasta el Purgatorio
Caramba y zamba la cosa
¡los libros explicatorios!

Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, ¿hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia?
Caramba y zamba la cosa
¡Qué viva toda la ciencia!


Violeta Parra

25.7.09

El acto de habla

Lo que creo es que el bla emitido por 1 y el bla emitido por 2 se acercaron demasiado, tanto fue así que ahora podríamos reducir a 1 y 2 a ab.
Ellos querían morir y nadie se les impuso, fue su propia y voluntariosa decisión.
No hagamos más; ab fue la más maravillosa de las expresiones.

24.7.09

M G

Te lavé los dientes.
Te cepillé las muelas y te mirabas
en el espejo.
¿Te parece digno de un poema?

Porque a mí sí me parece digno
tu cepillo de dientes
tu extraviada pasta dentífrica,
tu escupida blanca y espumosa
que dejaste caer sobre el lavatorio
y que yo atrapé con mis dedos.

Me parece digno de un poema
que me hallas lavado los dientes
vos a mí anoche.
Que nos hayamos reído
y me parece digno de un poema
que yo haya escupido la pared.

22.6.09

30.5.09

M.D

Aunque el lúgubre gris del mediodía tense un poco la atmósfera de porcelana, sé muy bien que la mujer va a poder librarse del peso soporoso e insoportable de María de las Divinidades.
-Dame tu fruta- dijo M. D
-Mi fruta pudre tu mundo- respondió la mujer

14.5.09

El tierno ruido que producen mis juguetes al caer.

El daño al suelo que le producen mis juguetes al caer.

Las deudas de los niños cuando dejan a sus juguetes caer.

Las deudas de los padres cuando sus niños caen.

Deudos.

Poseen ahora una deuda enorme.

Los niños y los juguetes tejen íntimas relaciones. Los juguetes conocen a los niños,
deudas de los niños cuando crecen y no juegan.

La nostalgia eterna de los padres cuando los niños dejan de crecer.

Para quedarse por allí, lejos de sus juguetes, que los lloran y evocan,

cada día, cada mañana,

en cuanto algún padre le reclama a la vida la deuda que tiene con él.