30.5.09

M.D

Aunque el lúgubre gris del mediodía tense un poco la atmósfera de porcelana, sé muy bien que la mujer va a poder librarse del peso soporoso e insoportable de María de las Divinidades.
-Dame tu fruta- dijo M. D
-Mi fruta pudre tu mundo- respondió la mujer

14.5.09

El tierno ruido que producen mis juguetes al caer.

El daño al suelo que le producen mis juguetes al caer.

Las deudas de los niños cuando dejan a sus juguetes caer.

Las deudas de los padres cuando sus niños caen.

Deudos.

Poseen ahora una deuda enorme.

Los niños y los juguetes tejen íntimas relaciones. Los juguetes conocen a los niños,
deudas de los niños cuando crecen y no juegan.

La nostalgia eterna de los padres cuando los niños dejan de crecer.

Para quedarse por allí, lejos de sus juguetes, que los lloran y evocan,

cada día, cada mañana,

en cuanto algún padre le reclama a la vida la deuda que tiene con él.